Cabellos que caen más de lo normal, que se rompen, a menudo son el resultado de una alimentación pobre, que no brinda la cantidad correcta de sustancias nutritivas (aminoácidos, vitaminas y sales minerales) al organismo y por lo tanto también al cabello.
El pelo se compone de aproximadamente 80% de proteínas (especialmente queratina), mientras que el resto está formado por agua, lípidos, minerales y pigmentos.
Para mantener el cabello sano y hermoso, es necesario una buena alimentación a base de: Proteínas, grasas, vitaminas, minerales y lácteos. Muy útiles son las proteínas que contienen los huevos, la leche, el queso, la carne y pescado; y proteínas vegetales de los guisantes, las habas, las lentejas y la soja. Una dieta baja en proteínas dará lugar a cabellos secos, quebradizos, lo que reduce el diámetro y crecimiento.
Entre las grasas, el más sano es definitivamente el aceite de oliva, rico en vitamina E, que actúa como un antioxidante. No debemos olvidar la importancia de los azúcares, de preferencia los integrales que se encuentra en los cereales.
Las vitaminas A y B ayudan al crecimiento, mientras que el zinc regula la producción de sebo, y son útiles para problemas de caspa y sequedad. Si en cambio, el cabello tiende a caer en mechones, puede haber una falta de hierro y vitaminas del grupo B, que ayudan a mantener el cabello sano y fuerte.
Las vitaminas son indispensables para la salud del cabello: las del grupo B están presentes en los vegetales verde oscuro, la leche y los productos lácteos, la levadura y el banano, mientras que las vitaminas A, C, D, H y sobretodo la E se encuentran en las frutas (especialmente las zanahorias y albaricoques) y verduras, cereales, en el pan integral, huevos, soja y miel.
También son importantes las sales minerales como el hierro, que sirve para la oxigenación de los tejidos, el zinc y el manganeso, que contribuye al proceso de composición de la melanina, el calcio y el cobre, todos recomendados en casos de aumento de pérdida de cabello. Se encuentran en las carnes blancas y rojas, en el pescado, huevos, cereales y productos lácteos.
La falta de aminoácidos puede propiciar cabellos frágiles y débiles, entre ellos, la cisteína que se encuentra en los productos lácteos, y la metionina presente en el queso, pollo y huevos.
No debe pasarse por alto el aporte de las fermentos lácteos, que ayudan a desintoxicar y equilibrar el cabello. Se pueden tomar a través de la leche y el yogurt, o en forma de suplementos.
La levadura de cerveza y el polen estimulan los tejidos, nutriéndolos, fortaleciéndolos y haciendo crecer la raíz.
Beber mucha agua no sólo ayuda a nuestro cuerpo, sino también a nuestro cabello para mantenerlos hidratados y brillantes.
En casos especiales y con la ayuda de su médico, usted puede tomar suplementos a base de hierro, zinc, cobre, magnesio, calcio, manganeso, vitamina A, C, E, H, que ayudan al organismo a equilibrarse.
Via: http://cortedepeloypeinados.blogspot.com
Foto: Terence Granchester
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